Asociaciones civiles realizan conversatorio sobre el agua y el territorio en Yucatán

Alertan sobre la urgencia de crear políticas públicas que protejan el suelo y al valioso líquido

Asociaciones civiles realizaron el conversatorio Por una buena gobernanza del agua en Yucatán, en el que se discutieron temáticas como las experiencias comunitarias, académicas y organizativas, en los temas del agua y el territorio en el estado. La charla tuvo lugar en el teatro Armando Manzanero.

Integrantes del Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán y miembros de la sociedad civil y personas de comunidades afectadas, externaron sus preocupaciones respecto de las condiciones del agua y la falta de una política pública que proteja este recurso.

Yameli Aguilar Duarte, presidenta de la Asociación Mexicana de Estudios sobre el Karst (Amek) AC, expuso que las condiciones de los territorios kársticos, como el que tenemos en el estado, se fraguan a partir de la interacción entre rocas calizas y yesos, que tiene en común la disolución y la formación de cuevas.

“Son necesarios para muchos ecosistemas y albergan muchos tipos de acuíferos. Contienen agua pero también suelos con muy poco espesor. El agua viaja sin atenuación entre las capas, por esta razón son muy frágiles”. 

Lo que tienen en común estos suelos es que son muy susceptibles a la erosión química y física. Por lo tanto, hace falta pensar en una política pública que los proteja. 

En la intervención de Cuauhtémoc Jacobo, integrante del Consejo Ciudadano por el Agua en Yucatán, explicó que este cambio en el manejo del agua fue a nivel nacional y viene de la modificación hecha al artículo 27 constitucional y fue impulsada para que, cuando se estableciera el Tratado de Libre Comercio por el ex presidente Carlos Salinas de Giortari, las compañías transnacionales pudieran acceder a este recurso.

“Uno se pregunta para quién es el desarrollo. Sabemos que es para las cerveceras y refresqueras, quienes son las que sacan provecho de este tipo de explotación de agua. La llegada de Carlos Salinas y sus políticas neoliberales hizo que en un lapso de 6 años se trazara un andamiaje jurídico para poder acaparar territorios donde están los ríos, los bosques, las minas”, explicó.

A partir de esta reforma, a decir del Consejo, se entra en una dinámica drástica de extracción y desecho. Entre las compañías que gestionan el agua en México, son cuatro las que poseen las concesiones más importantes: Coca-Cola, Pepsi, Danone y Nestlé. 

“Los millonarios del agua poseen el 64 por ciento del volumen de extracción y son menos del uno por ciento de la población. Esto ya se puede ver en el estado. En 17 años, la disponibilidad disminuyó en un 59 por ciento en Yucatán”.

Las principales industrias que tiene el agua en Yucatán, explicó el Consejo, no solo extraen sino también desechan. Actualmente generan deforestación, despojo de tierras y peligros medioambientales. 

“La industria porcícola extrae 8 mil 200 millones de litros anuales. Lo hace en el anillo de cenotes más importante del estado. Ahí se encuentran 356 de las granjas de producción porcícola”.

El Consejo también explicó que no hay plantas de tratamiento de agua en Yucatán.

“Somos el último lugar en el país en plantas potabilizadoras”, externó Cuauhtémoc Jacobo. 

Por su parte, Wilberth Nahuat Puc, comisario de Santa Maria Chi, subcomisaría de Mérida, externó que su comunidad se ha visto gravemente afectada por una conocida granja porcícola que opera con 221 hectáreas y 60 mil cerdos, cuando la comisaría apenas tiene 400 habitantes. 

“No tiene un tratamiento de aguas y se han formado lagunas en el monte con agua que no está tratada. El agua que extraemos a menos de 10 metros está inutilizable, al encontrarse coliformes fecales y salmonella. La comunidad está a 250 metros de la granja”, explicó el comisario. 

Actualmente, la comunidad ya tiene un amparo en contra de la granja de cerdos y espera que la deliberación sea a su favor. El problema del nulo tratamiento de aguas que acusan, ha causado, entre otras cosas, la sequedad del monte lo cual provoca incendios constantes y degradación del suelo.

La Jornada Maya